Hubo un verano, hace ya unos años, que fue el mejor verano de mi vida. Empecé a ser útil para la sociedad y me puse a trabajar, con mis 18 años cumplidos, dos asignaturas de bachillerato para septiembre y muchas ganas de todo...
Una noche, al salir de trabajar, me recogió Ángel para irnos a tomar algo. Esta vez no iba solo, pero tampoco con sus frikis. Iba con un compañero suyo del Telepizza...
Jamás pensé que una noche de Cena de Gala se pudiera hacer tanta amistad con alguien. Alguien que lo está pasando mal y que por todos los medios intentas ayudarle, contentarle, hacer que se lo pase lo mejor posible.
Le cogí mucho cariño. Nos veíamos todos los fines de semana, salíamos por ahí, nos divertíamos...
Este verano tuve una sensación extraña al verle, al quedar con él, al abrazarle... Notaba una presión en el pecho, una presión que aunque fuera molesta no quería que desapareciera nunca...
Sentía la necesidad de estar con él a todas horas, todos los días, sin necesidad de quedar con nadie más, sin la necesidad de sacar un tema de conversación, sólo hablando con él.
Sí, me estaba enamorando, pero no me enamoraba de un chico cualquiera... Me había enamorado de mi mejor amigo, mi compañero de "juergas", mi compañero de viaje...
Me costó mucho decidirme, hasta que, una noche, a ciencia exacta, la madrugada del 23 de enero (dichoso seas, 23) me decidí. Se lo dije y, para mi sorpresa, fui correspondida!
Todo empezó un 7 de febrero... Mi vida cambió en el momento en que te volví a ver, te volví a abrazar y esta vez pude besarte con todo mi amor y cariño.
Eres especial, eres lo mejor, la persona que siempre he querido tener a mi lado. Eres mi príncipe azul...
Te quiero y lo sabes =)
